«Aunque la música no le va a quitar un tumor a nadie, sí trae un bienestar que ayuda a sanar» «La música siempre fue una inquietud que tuve durante los años que estudié medicina. Fue mi tormento»
Fabio Adami no para de pestañear cuando habla, parece un tic nervioso. Pero tan pronto agarra su guitarra para cantar DICES, tema que interpreta junto con el ex Guaco Jorge Alejandro Chacín -que es apenas el primer bocado de lo que será su tercer disco-, no pestañea ni una sola vez.
Al comentarle sobre su tic, asegura que no estaba consciente de él, pero responde de inmediato: «Una prueba más de que la música es sanadora». Y Adami sabe bastante de sanar, o mejor dicho, de curar, pues el barquisimetano no es sólo un cantautor. No. La mayoría de su tiempo lo dedica su principal profesión, la de médico mastólogo.
Eso sí, confiera que algunas veces prefiere cambiar las habitaciones de hospital y las consultas, por una guitarra y unas cuantas hojas en blanco para llenarla de composiciones.
¿La inquietud por la música? Asegura que es el algo que vino con él desde muy pequeño. «Vengo de una familia italiana que no son músicos, pero siempre estuvo en mí esa inquietud por hacer arte con las composiciones», dice.
–¿Cómo divide su tiempo entre la medicina y la música?
-Cónchale, te digo que es una cuestión de calidad de tiempo, porque desde hace tiempo trato de planteármelas como una profesión. Ambas las trabajo con la mayor intensidad.
-¿Tiene un cronograma para dividir los horarios de ambas profesiones?
-Bueno, los días de consulta son fijos, que son martes y viernes, y están los días de operaciones que las planifico.
–¿Sus pacientes le han pedido alguna vez que les cante una canción?
-No, hasta ahora no ha pasado nada eso, pero los pacientes siempre quieren hablar de música. Lo que siempre ocurre es que algunos se me acercan para decirme que escucharon un tema que les gustó.
-¿Piensa que la música puede curar?
-Sí. Aunque estoy consciente de que la música no le va a quitar un tumor a nadie, sí trae un bienestar que ayuda a sanar. Entendiendo por sanar el poner la enfermedad en un estado que le permita a uno llevar una vida normal. Así que, sin duda, la música es muy sanadora. Y es por eso que agradezco tener un pulmón en la música y otro en la medicina (risas).
-¿Qué pasó con su agrupación Spiritu Facó y la influencia que el jazz ha ejercido en su carrera musical?
-Bueno, el tiempo me ha llevado a otros experimentos y un mundo un poco más profesional. Como puedes ver, mi tendencia ahora es más hacia la balada y la música latina, especialmente después de la colaboración con Jorge Alejandro Chacín, y eso ha sido una cosa muy tormentosa, porque siempre me ha gustado el estilo musical latino, pero no es algo que me salga natural porque soy de familia italiana y en mi casa eso no era lo que se escuchaba.
-¿Se imagina a sí mismo dejando la práctica médica por la música?
-Nunca me lo he imaginado porque darle apoyo a un paciente con cáncer es algo muy valioso. Nací para hacer eso. Pero la música siempre fue una inquietud que tuve durante los años que estudié medicina. Fue mi tormento